Estamos atravesando, a nivel mundial, un gran ciclo de transformación compuesto por pequeñas transformaciones, y hoy más que nunca, la flexibilidad y la capacidad de adaptarse son clave para poder atravesar este ciclo de manera positiva. Los desafíos son numerosos, tanto para individuos, familias, y organizaciones, pero cada desafío representa a su vez una oportunidad para movilizarnos, dejar nuestra zona de confort, y evolucionar.
Los tiempos han cambiado y las necesidades organizacionales e individuales también. Las estructuras antiguas que funcionaron por muchos años comienzan a renovarse, para dar paso a un nuevo tipo de liderazgo, que integra el logro de objetivos con procesos más humanos, conectados con la necesidad de equilibrio y bienestar de cada ser humano.
Los tiempos actuales nos llevan a integrar la vida laboral con nuestra vida familiar, que hasta hace muy poco co-existian de forma fragmentada. Hoy para una gran cantidad de personas el hogar se ha convertido en el lugar de trabajo, integrando en un sólo espacio estas dos actividades. Los desafíos más evidentes son la organización del tiempo, la priorización de tareas, y el manejo del stress al tener que alternar en horario laboral actividades tan diversas como preparar el lanzamiento de un producto para la empresa y luego ayudar en la tarea de matemáticas a nuestros hijos.
Por otro lado, el distanciamiento social nos ha llevado a un proceso de autoconocimiento profundo, al aislarnos por un momento de todas las actividades sociales que solían llenar nuestra agenda de acción. La situación actual nos obliga a detenernos por un momento y convivir con nosotros mismos, o sólo con nuestro núcleo más cercano, para observar quienes realmente somos, qué pensamos, qué sentimos, y cómo actuamos. En una primera etapa es común que surja el miedo, la ansiedad y la frustración, emociones que si bien pueden ser incómodas, al ser bien canalizadas pueden generar un terreno fértil para cambios positivos. Por otro lado, la falta de presencia física en nuestras relaciones laborales crea una oportunidad para desarrollar nuevas formas de comunicación y conexión. Si bien no podemos estar presentes físicamente, debemos estar más presentes que nunca, a través de una escucha activa, tiempos de dedicación exclusiva, y una conexión real.
¿Cómo pueden los líderes acompañar en este proceso de transformación? Sin lugar a duda el primer paso es volvernos conscientes de las necesidades que como seres humanos estamos desarrollando en este proceso. Un simple acto como preguntar ¿Cómo te has sentido frente a este cambio? o ¿Existe algo en lo que pienses que yo te puedo apoyar de manera distinta? pueden comenzar a construir un puente de comunicación en el equipo que entrega una base más sólida para enfrentar los desafíos organizacionales. A su vez, para poder estar conscientes de las necesidades de nuestro equipo, es importante que como líderes seamos conscientes también de nuestras propias necesidades, y de nuestro propio proceso de adaptación a este gran ciclo de transformación. La mejor forma de motivar a otros a estar bien, es estando bien nosotros mismos. La situación sanitaria actual nos está obligando a detenernos un momento, lo que convierte este tiempo en el mejor momento para trabajar en nuestro desarrollo personal y bienestar.
Quizás, esta nueva forma de trabajo, que integra el hogar y la oficina en un sólo espacio es sólo el comienzo a integrar aspectos de nuestro ser que hasta la actualidad hemos venido manejando de forma fragmentada. Quizás la empatía que tenemos con nuestros hijos pueda integrarse a nuestro rol profesional como empatía con nuestro equipo, o la organización metódica que tenemos en nuestra empresa pueda integrarse a organizar el hogar sin ayuda doméstica. Las oportunidades para transformarnos existen y están siendo gatilladas por este gran ciclo de transformación mundial.
La incertidumbre en lo sanitario, social y económico sin duda vienen a movernos el piso, poniendo a prueba nuestra capacidad de resiliencia y reinvención. Hoy es el momento para estar verdaderamente presentes en todo lo que emprendemos, de cuerpo, mente y espíritu, actuando con verdadera consciencia y aceptación de quienes realmente somos.
Claudia Vallejos Larrondo